martes, 20 de noviembre de 2012

una agalla de poesía en el costado de la lanza...Sylvia Cirillo


Caliopea.

Una suspensión de mi juicio en mapeos constantes.
Una vida hecha a cada trazo con territorios sin registros aparentes.
Digo pues que tu angustia matemática,
binomial como un ala no rota, - perfecta como una masa que se abulta en los tendones -,
se me escapa mientras alineo - como puedo agitando - el tablero del Universo..
Escalando tu cima desangelada hasta el ahogo, pretendo
el sacrificio de la arteria que titiritea matrioshkas,
jamás dejar de comerte con las manos
y no cumplir los mandamientos.

Cadencia, octosílabo lorquiano de tu boca húmeda y vagabunda,
milonga vasta que me coloniza los cartílagos,
las muescas,
los hechizos a la Luna de los anillos y me arde alarde
del que quiso ser trueno y fue sollozo.
Un Neruda blando de tibia carne marina,
una agalla de poesía en el costado de la lanza.

Si escuchás la sombra de la primera madrugada;
afirmaciones de caléndulas en los postigos.

Abrir el vientre de las águilas para visitar los laberintos y los equinoccios.
Salivas y un metrónomo, en la mitad de tu cuello.

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Una flor morada de mi pellejo
penetra en vos armada de arpones
y horada a distancia tibia,
tu anca equivocada en el ala
y tu ala confundida en la branquia.

Los enigmas son fragmentos
en la medialuna de tu axila,
en la cáscara y el hollejo
en el ojo y la pestaña
cuando la lluvia cae recolectando relámpagos
o pueblos habitados de tu cuerpo,
por minúsculos cuervos.

Tuerzo y muerdo tus venas como alambres,
taladro escribiéndote en los huesos
más;
cuando busco ser lengua anidándote en la nuca,
me escucho gimiendo idiomas
que sólo los cuerpos desnudos
pueden hablarse.

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Con mi costumbre de rio
de pasar por tus riberas sin mojarme;
sabía que primero vendría a verme
tu cabeza,
tu cuello de canson marfil
y más luego tu lomo de risco.

De verde y gabardina mi boca
en la noche que quise preparara
tu plato de arroces y naranjas;
no te hablé de mi nombre,
sólo me dejé prender fuego
con un as de oro entre los ojos
y lujosa como escarabajo,
doblé tu risa en rumor de vidrio.

Pues que ahora
te espero a coro con un violín de única cuerda
haciéndome japonesa;
para hacer que tu voz en traje de turista
se baste con delicias que te pertenecen.

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Un aro roto, una bujía empastada
y el resto fósil de un mechón de tu pelo.
Señal de que le haga ruido la tripa,
si se aviene a merecerse,
a merecerlo,
a poseerlo y compartirlo.
En intento blanco y negro;
tu deseo.
Destasando carne roja de adentro
separando plumas separando escamas
separando cualquier esbozo de vida,
tu decisión quirúrgica
en intento de tramontina
y palo santo.

En la inmunidad exacta
de un falsete que no sale,
viruta rizada de madera;
no sabés de astillas de adentro.
Salir a matar animales nobles,
salir a matar grillos.

Terca torpeza
que por fuera del mundo,
no goza el rato.

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Este ojo caníbal no existe, en uno, dos,
trescuatro aguijones al centro.
Todo lo respirado en respiro de un amor que no dura.
El iris desahuciado y la media pupila,
la sangre espesa como droga.
Abre tu cáliz
al territorio necesario,
sin límites repetido
rastro de un códice imperfecto.
Toco a tu puerta para que me nades,
fuego dentro de una botella
expansiva,
inmolada.
A ordenar entonces,
a poner collar correa;
a mostrar la lengua abajo
adentro
al fondo
húmeda
caliente.

A echarse y mostrar la racha
acongojada de pájaros.
O la hilera de pestañas
como dientes.
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ET POEME-ASTIQUE

Ganamos un par de apuestas

hechas con el borde de la lengua.

Mis uñas

sobre tu cuerpo,

la letra cosida

en el fondo de tu labio.

Te besas

te eriges

te demoras,

connivencia de alacranes

en tus dedos aullando

en un es enunaquí gozálo.

Toda soy puta gargareando

entre los ángeles;

luna imantada poderosa.

Piel de cascada nácar

tu ojo que mira,

ni banco de plaza ni hada,

dan como yo asiento

a tu culo flaco.

Vidrio de la divinidad toda,

mis tetas en tu cara,

salgamos a la Verona,

probemos en mi barrio,

mordamos lianas sábanas,

bengala de Calíope que falla,

decibel cadera, cabalgando.

Una interjección en lava,

tu instrumento comulgándome:

vagido de bestia,

 parche

cuero abajo, teacabando.

......




SYLVIA CIRILLO

Nacida en Buenos Aires.
Licenciada en Comunicación ( 1996) - Ha realizado el Coaching Docentes y MKT Sensitivo 2009 y Manejo de la Comunicación Efectiva 2010 en la UBA.
Participó del foro Perras Negras y en el debate Letras Infames en la Universidad de La Plata ( 2000) y el ciclo Oralizar en Radio Fm Rio de San Isidro ( 2002).
Coordinó el Taller Escritura sin Tipo Mudo en la Municipalidad de San Martín ( 2008)-
Recibió mención a Primer Premio  escritura extranjera en Literatura Roja Infierno en Palabras Malditas de México.
Actualmente realiza coaching ontológico en grupos de muestra  para empresas.

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